Los niños disfrutan jugando tanto con otros niños como también, muchos peques tienen la capacidad de pasarlo genial por sí mismos con su sola imaginación. La ventaja de poder pasarlo bien de este modo es que prácticamente, aquellos niños que tienen este modo de ser, no conocen el aburrimiento. Pero además, dentro de la variada cantidad de juguetes que tienen los niños también es lógico que tengan un juguete favorito, algo que es más especial para ellos y que no quieren compartir con los demás.
La realidad es que se debe evitar la educación en el exceso de materialismo. Es decir, los niños deben perder la idea de que la educación en la abundancia es la mejor para sus hijos. Al contrario, es importante aprender a comprar en base a la utilidad. Es decir, pensando en la necesidad real que tienen los niños.
Pero además, para que los niños aprendan a valorar las cosas también merece la pena esperar a comprar dichos regalos en momentos puntuales. Por ejemplo, en el cumpleaños del niño o también, vale la pena esperar a escribir la carta de Reyes Magos de los más pequeños de la casa para el mes de enero.
Por otra parte, si el niño tiene un juguete favorito también conviene respetar este punto y no obligarle a que lo comparta con los demás. Tienes otros muchos juguetes para poder compartir y disfrutar en común. Dicho juguete puede llegar a ser tan significativo que incluso, tiene valor en la etapa adulta. Y es que, muchos recordamos algunos de los juguetes con los que disfrutamos de verdad en nuestros primeros años de infancia. De hecho, muchos adultos conservan muñecos de esa etapa.
Un juguete no sólo tiene valor en sí mismo sino que también tiene importancia a nivel emocional en tanto que está vinculado con el cariño y con la ilusión de poder ser feliz. Jugar debe formar parte de la rutina de cualquier niño dentro de un proceso de crecimiento saludable y esperanzador.
¿Recuerdas cuál era tu juguete favorito cuando eras un niño?
Imagen: IES Paloma